Formulaciones para elaborar perfumes

Cuando ya vamos cogiendo una práctica continúa en la mezcla de diferentes materias aromáticas nos lo vamos a ir tomando como un juego en el que uno de los mayores elementos es la creatividad y si forma parte de nuestro trabajo y pasión … las cosas fluyen mucho mejor. Aunque tenemos que tener en cuenta que no siempre nos sale la «mezcla» según lo previsto e incluso muchas veces el azar formará parte de nuestras creaciones. Creo que todo esto forma parte de cualquier desarrollo creativo.

Por eso creo que la constancia es una virtud que mezclada con la paciencia hacen que el trabajo de mezclar materias aromáticas se vaya definiendo. A través del concepto ensayo-error creo que vamos adquiriendo esa paciencia, dentro claro está, de unos límites. Una cosa es hacer miles de ensayos-errores y otra cosa muy distinta es hacer ensayos-errores dentro de un abanico de posibilidades que vamos creando dentro del «boceto» de nuestro proyecto de creación. Es decir, primero podemos tener definido qué mensaje queremos transmitir con esa combinación de materias aromáticas.

Nuestro «archivo aromático» lo vamos gestando y expandiendo a través de nuestras experiencias aromáticas -alimentación, gustos, relaciones sociales, viajes, experiencias culturales …-. Sin embargo, no es necesario conocer todos los olores.

Tampoco quiero dejar atrás la creatividad. Sin creatividad no hay perfume. Y ya no hablo de la habilidad de mezclar componentes. Voy más allá. Si no hay creatividad se taponan otras vías. De todos es sabido, ya desde hace muchos años, que la creatividad es fundamental para el buen funcionamiento de los hemisferios cerebrales, nos permite comunicarnos mejor, nos ayuda a conectar con nuestro niñ@ interior, etc…